Mediterráneo-Joan Manuel Serrat

Y como estamos con canciones de verano, no podía faltar una dedicada al mar veraniego por excelencia en nuestras cosas: el Mar Mediterráneo, donde quién más y quién menos se bañó en él por estas fechas. Y nada mejor que el Mediterráneo de Serrat, que es ya casi un himno a este maravilloso mar que "de Algeciras a Estambul" ha sido, además, testigo del desarrollo de la historia europea.

Al escuchar esta canción todos sentimos este mar como nuestro, seamos o no mediterráneos. Parece que nos trasporta a él y es como si estuviéramos en algún pueblo o en alguna playa donde sentimos su colorido, sus atardeceres, sus cielos…

De esta canción leí hace poco que no era perfecta ni en su letra ni en su música, pero si lo era en su conjunción de ambas. Tal como sea, nos encontramos con una de las mejores canciones escritas en castellano. Algo más que una canción, un himno que nos hace sentirnos parte del Mediterráneo.

P.D.: ¿Qué ocurre este año que este año que no hay canción del verano? Que la canción del verano no es sólo esa canción machacona que al final acabamos detestando, ya que de esta época del año es esa joya llamada “Escuela de calor”. Pero, ¿dónde están esas canciones simpáticas en la línea de “Aquí no hay playa”? Esas canciones desenfadadas y bailables, ideales en estos meses donde se sale y se va de fiesta. Ahora todo es un revival donde no hay nada nuevo. Antes buscábamos la canción del verano en el que estábamos; ahora tenemos que elegir la canción de todos los veranos. ¿Por qué no hay ideas? ¿Será la crisis? Pero… ¿ni si quiera por Internet puede haber algo? Pero si en estos tiempos no hace falta ni una discográfica para triunfar, es todo más sencillo. Si os fijáis, ni moda hay y cada uno va como le da la gana. Como decía la canción: “malos tiempos para la lírica…”.

Quizá porque mi niñez
sigue jugando en tu playa,
y escondido tras las cañas

duerme mi primer amor,
llevo tu luz y tu olor
por donde quiera que vaya,

y amontonado en tu arena
guardo amor, juegos y penas.

Yo,

que en la piel tengo el sabor
amargo del llanto eterno,
que han vertido en ti cien pueblos

de Algeciras a Estambul,
para que pintes de azul
sus largas noches de invierno.

A fuerza de desventuras,
tu alma es profunda y oscura.

A tus atardeceres rojos
se acostumbraron mis ojos
como el recodo al camino...

Soy cantor, soy embustero,
me gusta el juego y el vino,
Tengo alma de marinero...

¿Qué le voy a hacer, si yo
nací en el Mediterráneo?

Y te acercas, y te vas
después de besar mi aldea.
Jugando con la marea

te vas, pensando en volver.
Eres como una mujer
perfumadita de brea

que se añora y que se quiere
que se conoce y se teme.

Ay...

si un día para mi mal
viene a buscarme la parca.
Empujad al mar mi barca

con un levante otoñal
y dejad que el temporal
desguace sus alas blancas.

Y a mí enterradme sin duelo
entre la playa y el cielo...

En la ladera de un monte,
más alto que el horizonte.
Quiero tener buena vista.

Mi cuerpo será camino,
le daré verde a los pinos
y amarillo a la genista...

Cerca del mar. Porque yo
nací en el Mediterráneo...-